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Las personas utilizamos el lenguaje sin ser conscientes del alcance real que tiene. Las palabras reflejan procesos mentales y si entendiéramos que el lenguaje tiene una cualidad energética, nos tomaríamos mucho más en serio las expresiones que usamos para definir las cosas o definirnos a nosotros mismos.

Las palabras que utilizamos, la narrativa que nos envuelve, lo que nos decimos sobre quiénes somos nosotros y los demás, sobre qué es el mundo… tienen la capacidad de limitar o de expandir nuestra percepción. Vivimos atrapados en un mundo lingüístico y creemos que eso es la realidad.

Sin embargo, eso es solo el mapa, no es el territorio. Por eso, cuando una persona amplía su lenguaje, cuando es capaz de reinventar ese lenguaje, su mapa se expande y conoce más del territorio.

Reflexionemos

¿De qué manera hablas a los demás para que se sientan valorados y valiosos? ¿Cuándo algo te disgusta, las palabras que salen de ti buscan corregir o castigar?

Un fuerte abrazo,

Jani